Creta, Spinalonga y Agios Nikolaos

Desde Heraklio a Agios Nikolaos pasamos por Spinalonga donde hicimos un fondeo para pasar la noche.

Spinalonga parece un lago amable, rodeado de islitas, de paisaje imponente por las montañas y acantilados altísimos y de gran belleza natural. Tan bello como inquietante. Los vientos catabáticos bajaban con tanta violencia que conseguían aplastar el bimini de tal forma que parecía que se fuera a desarmar. Para sostenerlo y evitar una rotura se tuvo que usar un palo de escoba entre la mesa y el travesaño a fin de aguantar el empuje hacia abajo de las ráfagas. Durante la noche el rumor grave rápidamente se convertía en rugido, segundos eternos de pura violencia en forma de ráfaga de viento vertical.

De Spinalonga a Agios Nikolaos navegamos por zonas de calma absoluta rodeadas, como lunares extraños, por sectores de rachas tan fuertes de viento que levantaban el agua, entonces pasábamos de cero a cincuenta nudos en un instante. Finalmente llegamos a la Marina de Agios Nikolaos donde amarramos el Oxalá.

Las calles de Agios Nikolaos suben y bajan rodeadas de tiendas, un paseo marítimo lleva a la playa y al lago interior, que sin duda es lo más pintoresco de la ciudad, con terrazas típicamente griegas donde la comodidad y el dejar pasar el tiempo con un frappé forman parte de las tareas cotidianas.

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